Este artículo fue parte de una colaboración para una revista electrónica [Link]
Vivimos en tiempos de banalización. Las artes y la cultura, bajo la idea de la masificación, han entrado en un proceso de devaluación del contenido. Para actuar no hay que ser actor y la música ya no es un nicho seguro de los individuos con talento inherente. Esto resulta paradójico ya que en un momento de la historia de la humanidad las artes eran un monopolio del ocio para ciertos elegidos como lo fue para la familia Medici en la Italia renacentista. Con artistas como Andy Warhol y la aparición de la cinematografía en 1895 las artes pasaron a la masificación, un efecto colateral de la igualdad predicada por los cánones del progreso. Luego se dio otro momento clave con la aparición de la televisión a finales de la década de los 30. Nos encaminábamos en una línea recta al abismo de los contenidos lumpen, el culto a las celebridades, la imposición del amarillismo periodístico y la degradación del debate colectivo en torno a las problemáticas comunes. Con la televisión las artes visuales podían llegar a la intimidad de los hogares, rompiendo una barrera de privacidad antes imbatible. Nació lo que Mario Vargas Llosa llama la civilización del espectáculo (Letras Libres, febrero de 2009). Para el autor peruano este nuevo entorno se basa en realzar el hedonismo y rehuirle a cualquier situación o temática que contradiga este ideal. Para ello el entretenimiento se emparentó inevitablemente con la publicidad para crear un peligroso binomio. En México la cuestión se agrava más ante el ámbito duopólico de las televisoras, con Televisa llevándose la amplia mayoría, 72.3% de la audiencia mexicana en 2008 (¿monopolio?). Esta situación aunada al lumpenaje de los contenidos mediáticos genera una tormenta perfecta para la televisión en México: con la falta de competencia real la mejora de los contenidos se ha convertido en una llamada a misa. De ahí sale la adopción más burda de programas foráneos como el infame Big Brother o la infinita repetición de las mismas fórmulas temáticas para presentar año con año las mismas telenovelas con diferentes títulos. La subversión, la originalidad y el libre pensamiento están en un segundo plano muy rezagado ¿Cómo sobrevivir, mental y espiritualmente, a los tiempos de la televisión en un país como México? La solución recae en la raíz de la problemática: la democratización masiva de las artes y el entretenimiento. Mientras que en nuestro país se privilegia la corporación monopólica esta revolución ha traído consigo un empoderamiento nunca antes conocido en la exposición y participación mediática de los individuos, sobre todo vía internet. Los blogs, los videos personalizados y las redes sociales son sólo algunos ejemplos de una gama prácticamente infinita de posibilidades. Con estas herramientas es posible hacer propia la causa de luchar contra esta inercia arrolladora hacia la banalización. Permite generar espacios alternativos de encuentro, presentar disyuntivas a los discursos dominantes y compartir contenidos que nos estarían negados en otros tiempos o situaciones. Para ello se requiere replantear nuestro papel como ciudadanía, dejando atrás el culto a la corporación que nos aqueja y responsabilizarnos individualmente con nuestros retos colectivos. Aunque estos cambios se vislumbren distantes los medios ya están ahí. Y no podemos menospreciar estas herramientas que nos permitirán sobrevivir a los tiempos de la televisión.
lunes, 26 de abril de 2010
Sobrevivir a los tiempos de la Televisión
jueves, 22 de abril de 2010
Cambios
Nuestra clase política brilla por su ineptitud. El dogmatismo, la corrupción y el nacionalismo más cínico son sólo algunas palabras que describen a las altas esferas de nuestros partidos, que parecen testigos mudos a un país asediado por la violencia, los monopolios y la desigualdad. Uno de los principales problemas es que la clase política ejerce un control monopólico sobre su propio ámbito y lo ha manifestado rechazando las candidaturas ciudadanas independientes. Por ello no trastocan los intereses monopólicos ya que ello requeriría de un ejercicio de autocrítica que no están dispuestos a ejercer (además de la obviedad de que cada agrupación política está coludida con algún monopolio ya sea público o privado, sin excepción alguna). Ante esta situación a veces me resulta sorprendente conocer a personas lo suficientemente ilusas y dogmáticas para creer que la soluciones saldrán de la cantera política, en forma de caciques que evocan a nuestra naturaleza autoritaria y corporativista. Mientras tanto el país se rezaga y la mayoría parece estar cegada de las soluciones reales que mejorarían la situación al largo plazo. Para los que tengan afán reproductivo (cuentan con toda mi admiración…) parece no preocuparles el país que le heredaremos a las generaciones venideras, para cuando nos recuerden como aquellos imbéciles delirantes que les impusieron una tiranía transgeneracional. Esta desvinculación absoluta también se basa en nuestra falta total de concepto de ciudadanía: no somos mexicanos somos estratos (“naco” o “la gente”, “gente bien” o “güero”, los hay para todos los niveles de negación y delirio) o miembros adscritos a alguna corporación (electricista, petrolero, maestro, burócrata, empresario). Con estas concepciones no nos damos cuenta del destino común que compartimos y negamos las similitudes que abruman a las diferencias. El panorama es desalentador: la pérdida de capital humano por la migración es incalculable, expulsando a los mexicanos jóvenes que deberían ayudar al país a salir adelante; estamos dilapidando nuestro capital ambiental (ya hemos perdido el 95% de los bosques tropicales y ni siquiera hemos llevado a cabo un censo de nuestros acuíferos); la economía no es libre y está restringida a los intereses de un sector paraestatal del viejo régimen y un empresariado autoritario; las izquierdas y las derechas son nacionalistas e inoperantes; no nos estamos preparando para una inminente revolución energética y los que predican que el petróleo es nuestra identidad nacional mienten rozando en lo criminal; los únicos sectores que ofrecen sobresalir son la economía informal, la delincuencia organizada y el narcotráfico. Esta lista podría continuar. Y estas palabras desesperadas son para proponer un muy necesitado cambio: debemos quitarnos de encima la pesada carga del nacionalismo y el paternalismo, tener una conciencia ciudadana liberal que priorice el individuo sobre la corporación, ha llegado la hora de entender que lo público no es monopolio de la clase política y si queremos acabar con otros entes similares éste debe ser el primero en ser sometido a un proceso de apertura. Las soluciones globales a problemas nacionales no saldrán de caciques o del manejo unilateral de la agenda, lo harán del amplio debate y de la cogobernanza de representantes y representados. De no lograr estos cambios el futuro de México se vislumbra muy sombrío. Y lo que resulta más deprimente es que la factura se la pasaremos a los mexicanos que aún no están aquí.
lunes, 19 de abril de 2010
24 horas para explicar el odio de la exclusión en Francia
Liberté, égalité, fraternité… los tres pilares ideológicos de una de las revoluciones que más impactarían la historia europea y la de todo occidente. El problema es que en la Francia de finales del XX estos tres ideales se quedaron en el mundo de lo intangible para no plasmarse en una sociedad asediada por la disparidad, la exclusión y la xenofobia. De eso trata la película La Haine(El Odio) dirigida por Mathieu Kassovitz, una de las realizaciones más representativas del género de películas banlieue, los barrios marginales en los suburbios de las grandes ciudades galas. La historia comienza en la mañana tras un disturbio en el cuartel de policía local detonado por la detención de un joven árabe de la comunidad. Los protagonistas son tres amigos de distintos orígenes étnicos que están unidos por su odio a la autoridad: Vinz (interpretado poderosamente por Vincent Cassel), un resentido e impulsivo chico judío, Sayid (Said Taghmaoui) un reflexivo joven de origen argelino y Hubert (Hubert Kounde) un idealista dealer de origen africano con aspiraciones a boxeador. Estos protagonistas representan una trinidad de las facetas humanas sacadas a flote a raíz de la exclusión: Vinz es volátil y sueña con matar a un policía, Sayid es realista y ha asumido que los cambios que mejorarían su vida y la de su gente aún se vislumbran muy distantes y Hubert es un soñador que le obsesiona la idea de escapar de su barrio y su marginalidad. A pesar de estas posturas, la sombra de la falta de un futuro desborda durante toda la realización, recordándonos además del fenómeno global de la exclusión y la disparidad urbana que no afecta sólo a los países pobres (ver artículo). Y luego están las contradicciones. La exclusión siempre trae consigo una voraz necesidad de innovación y un imparable oleaje de creatividad. La historia se desarrolla a lo largo de 24 horas en la vida de estos jóvenes, rodeados por las artes urbanas del grafiti, los B-boys y el hip hop. Kassovitz, apegándose a su herencia cinematográfica francesa, no escatima en darnos momentos de absoluta brillantez y belleza. La muerte de uno de los jóvenes del barrio se conmemora con una secuencia épica en la que los habitantes lanzan un alarido a los cielos galos apoyados por los beats unos Djs apostados en los conjuntos habitacionales. Para ello el director eleva la cámara para darnos un momento de crescendo que roba el aliento. Sin embargo estos nichos de esperanza nunca pierden de vista el tono crítico de El Odio, cuyo objetivo es demostrarnos como en la sociedad francesa la inequidad y la exclusión son problemas tan reales como lo son en México o Brasil. Además otorga una explicación prácticamente antropológica (en ficción claro está…) de los disturbios que azotaron a las metrópolis galas hace unos años. El decil más alto de la sociedad francesa concentraba el 44% del ingreso nacional en el año 2000. Y esta película nos aproxima a la infinidad de implicaciones que esa cifra puede tener sobre un segmento de la sociedad y su juventud.
miércoles, 14 de abril de 2010
Evolución y Cambio Climático
Para buena parte de la comunidad científica nos encontramos en la era del antropoceno, el momento en la historia en la que la especie humana es el factor determinante del destino de nuestro planeta y cada uno de sus ecosistemas. Por ahora el reto más grande de esta etapa de protagonismo humano es el cambio climático, generado por nuestro sistema económico y nuestra tendencia histórica a apropiar los nichos ambientales para nuestro sustento y desarrollo. Pero a pesar de que este sea el primer cambio climático global generado por nosotros la historia de la humanidad, y la de su linaje los homínidos, ha sido marcada por los cambio abruptos en el clima del planeta. El homo erectus, nuestro ancestro más inmediato, habitó el planeta por un millón y medio de años. El homo sapiens (nosotros) lleva aproximadamente 200 mil. La evolución humana ha sido moldeada por estos rompimientos repentinos, por lo que comprender sus alcances y la adaptabilidad de nuestros ancestros más duraderos podría darnos importantes respuestas sobre cómo encarar el actual calentamiento global. Los encargados del Programa del Origen del Hombre del Museo Smithsonian han externado esta preocupación y se encuentran trazando este correlación entre evolución del hombre y el clima en la tierra. Se sabe que hace 70 mil años una erupción masiva en Sumatra causó una serie de fenómenos climáticos (sequías, lluvias torrenciales) que redujeron nuestros números a entre 600 y 10 mil parejas con capacidad reproductiva. La geología de la mano de la biología evolutiva y la antropología han demostrado que estos cambios afectaron principalmente a África, Asia y Europa, las zonas colonizaron nuestros ancestros tras salir del continente primigenio. El Australopithecus afarensis (conocida bajo el mote de Lucy, uno de nuestros ancestros más lejanos) habitó los bosques de Etiopía hace 3.3 millones de años. Los cambios climáticos repentinos (que fluctuaron entre bosque y sabana) llevaron a la especie de Lucy a la extinción hace unos 900 mil años. A esta evidencia se suma que los registros geológicos demuestran que nuestra especie abandonó África hace unos dos millones y medio de años debido a una sequía masiva que forzó las migraciones hacia Asia y Europa. Una vez en Europa este estrecho vínculo entre nuestra evolución y el clima se hizo presente en la morfología de los neandertales. Éstos desarrollaron, como adaptación al frío, orificios nasales más pronunciados y sistemas respiratorios más robustos. El cambio climático no es algo nuevo para nuestra especie, ha sido un factor clave en nuestra adaptación y nuestra historia evolutiva. Muchas de las condiciones han cambiado profundamente, pero conocer estas historias nos ayudarán a comprender cómo, en condiciones de mayor vulnerabilidad, nos adaptamos y nos desarrollamos a los cambios climáticos que ya sobrevivimos. Sólo nos queda esperar que el homo sapiens pueda superar al erectus y consagrarse como el homínido que más tiempo habitó este planeta.
martes, 13 de abril de 2010
Una buena noticia para Juárez
En un país como México es muy necesario encontrar lo positivo en lo sutil, en aquellos logros que se nublan y llegan a perderse en aquél inmenso océano de desesperación del narcotráfico, la disparidad, los monopolios y otra infinidad de infamias. En un artículo anterior titulado Para recuperar Juárez hablaba de la importancia de mantener una presencia coercitiva en la capital de Chihuahua pero coordinada con programas sociales que generen mejores condiciones para su olvidada juventud. Sólo así rescataremos a Juárez y a sus jóvenes de las alternativas monopólicas del sicariato y la delincuencia. Ciudad Juárez es una metrópoli fronteriza cuya maldición y salvación es colindar directamente con la gran potencia de occidente: Estados Unidos. Y esta dualidad se refleja en la economía de esta lacerada y violenta capital: el sector manufacturero, con 300 parques industriales, representa aproximadamente el 45% del Producto Interno Bruto (PIB) de todo el estado. Esto convirtió al lugar en una centro urbano cosmopolita y pujante, un punto de encuentro de dos grandes y muy diferentes naciones. Cuando la economía norteamericana colapsó en 2009 ochenta y dos maquiladores entraron en paro (25 por ciento de las 330 existentes) lo que afectó a más de 35 mil empleos directos del sector. A finales del 2009 el INEGI reportó 3.5 millones de personas desempleadas, de las cuales aproximadamente 2 millones eran jóvenes. La bendición de la cercanía al imperio se había convertido de pronto en condena. A esto se suma el tráfico de cantidades masivas de enervantes hacia El Paso, Texas. Según la DEA unas 506 pandillas operan en la ciudad entre la que destacan Los Aztecas, responsables del asesinato de 16 estudiantes y de un funcionario del consulado gringo. Los Cárteles han aprovechado la existencia de esta base criminal para convertir a Ciudad Juárez en una de las plazas de tráfico más importantes en nuestro país. A esto se suma que el estado de Chihuahua es un punto de paso para el comercio a Sonora, Sinaloa, Durango y Coahuila lo que facilita el contrabando ilegal. Por ello el Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CIDAC) considera a la capital de Chihuahua como el punto de tráfico más importante para los Cárteles de nuestro país. De este alud de malas noticias y retos hoy se publicó una muy buena noticia. Las exportaciones Mexicanas a EEUU se incrementaron 32.6%, señal de la recuperación de la economía gringa. Esto representa para un centro maquilador como Juárez una gran noticia. Pero debe llevarnos a prever cuando la situación empeore. En 2006 el comercio de México con Estados Unidos representó casi del 90% de las exportaciones y el 55% de las importaciones. Nuestra economía se encuentra demasiado ligada a la de EEUU, lo que nos pone en una situación de extrema vulnerabilidad considerando el poder de los cárteles de traficantes mexicanos y la violencia ligada a éstos. Parte de una estrategia integral contra el narcotráfico debería considerar la diversificación de nuestro comercio, lo que nos blindaría de los embates de las desaceleraciones económicas recurrentes. Sentaría las bases para un crecimiento robusto y constante que impacte la infame exclusión y disparidad que aquejan a nuestro país. Hoy hubo buenas noticias para Juárez y todos nuestros estados fronterizos. Pero eso no debe negarnos la posibilidad de planificar a futuro.
lunes, 12 de abril de 2010
California por la legalización
La guerra contra el narcotráfico ha continuado y la situación no parece mejorar. En los primeros 34 días del 2010 se alcanzaron las primeras mil muertes relacionadas a esta industria, en 2009 tomó 51 días alcanzar esta cifra. El gobierno se ha escudado en la inmediatez, argumentando que esta escalada de la violencia ha alcanzado un pico y que sus detonantes se deben a los logros de la guerra contra el crimen organizado, como la muerte de Arturo Beltrán Leyva a manos de efectivos de la Marina en diciembre del año pasado. El segundo argumento parece lúcido, la reconfiguración de las líneas de mando tras la muerte de un capo ha sido un escenario probado por la historia del narcotráfico en México. El primero puede responderse con una réplica que Jorge Luis Borges hizo sobre su país natal Argentina: ¿el fondo tiene fin? O para este caso, y parafraseando al maestro de la metafísica literaria, ¿el pico de muertes en verdad representa un límite? En este sentido lo declarado por “El Mayo” Zambada, uno de los capos del Cártel de Sinaloa, a Julio Scherer resulta preocupante: “El problema del narco envuelve a millones. ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí” (Proceso, 3 de abril de 2010). Todo apunta a que estamos encausados en una guerra sin victoria posible, un ciclo infinito de renovación de cuadros de las mafias fundamentado en la exclusión y el desgastado y fracasado modelo de la prohibición. Estados Unidos ha invertido más de $25 mil millones de dólares en nuestra región en los últimos 15 años a esfuerzos de erradicación, sin embargo el precio neto de la cocaína y la heroína ha bajado mientras ha aumentado su pureza, prueba irrefutable del aumento en la producción y trasiego del narcotráfico. A esto se suman problemas que no se debaten en los medios masivos de comunicación, como la degradación del medio ambiente ligada al narcotráfico y los esfuerzos de erradicación. Por ejemplo los programas de erradicación en Colombia esponsoreados por EEUU han contribuido a la pérdida de 1.75 millones de hectáreas de bosque tropical en la nación cafetalera. Las drogas deben legalizarse bajo esquemas regulatorios, no existe otra alternativa. Y aunque las medidas para la legalización se sientan distantes el estado de California nos está mandando buenas noticias. Activistas lograron recabar 694,248 firmas (de 433,971 requeridas) para votar la legalización de la mariguana en ese estado para noviembre. Bajo la propuesta los ciudadanos mayores de 21 años podrían portar 28.5 gramos de mariguana para consumo personal, llevando a otro nivel la medida que permitió el uso medicinal del enervante en 1996. Tras la reforma californiana 13 estados y el distrito de Columbia ajustaron sus marcos regulatorios en este sentido, convirtiendo a EEUU en el primer productor de mariguana mundial (con California encabezando la producción doméstica). Una encuesta realizada en el estado en abril del 2009 mostró que 56% de los encuestados estaban a favor de la legalización. Además la medida se da en un momento de profunda dificultad para el fisco californiano que enfrenta un déficit de $20mil millones de dólares. La legalización traería consigo mil millones de dólares en entradas por impuestos, mientras que reduciría el costo de procesar y encarcelar a consumidores que no son delincuentes. Lo que resulta aún más importante es que este escenario se asemeja mucho a la finalización de la prohibición del alcohol en la década de los 30, cuando en un entorno de crisis económica los estados comenzaron a tomar el camino de la regularización. La mariguana podría seguir el mismo sendero. Y al tomar en cuenta que más de la mitad de los ingresos de los capos mexicanos vienen exclusivamente de la mariguana las noticias provenientes de california no podrían ser mejores. Le podrían cambiar el rostro a una guerra que, por ahora, no parece tener fondo ni parece tener fin.
Para ampliar el necesitado debate:
La guerra contra el narcotráfico: una reflexión
jueves, 8 de abril de 2010
La izquierda mexicana y la Habana: la tan necesitada congruencia
Una de las características que más me habían alejado de la izquierda en México era su falta de coherencia. Mis coincidencias son muchas, y lo he manifestado en este espacio: los derechos de los homosexuales, la necesidad de acabar con los monopolios privados (pero también los públicos), la oposición a la errada pena de muerte, su política urbana de recuperación de espacios públicos en el DF etc. Pero mis puntos de discordia chocan con mis coincidencias, y a veces las primeras abruman a las segundas: el apego a las prácticas autoritarias del viejo régimen como el acarreo, la defensa discursiva-ideológica del nacional revolucionario más recalcitrante del obradorismo, su postura dogmática y errada hacia el sector energético, su política urbana choca con proyectos nefastos como la construcción de segundos pisos, su nacionalismo que roza en la xenofobia (y que la derecha comparte, ver artículo). Pero uno de mis puntos de mayor divergencia era el discurso de la izquierda en torno a los derechos humanos: éstos deben defenderse en la guerra contra el narcotráfico en México pero en Cuba eran un tabú intocable (o más bien un tema de segunda categoría ante la “intervención imperialista” entendida bajo la perspectiva de la Guerra Fría). La falta de coherencia en este punto restaba a la izquierda en México de una enorme cantidad de credibilidad. Pero esta postura incoherente y cínica acaba de dar un giro inesperado. El día de ayer (7 de abril) Jesús Ortega declaró que su partido el PRD, defiende los derechos humanos en todo el mundo incluyendo Cuba. Se pronunció en contra del anacrónico bloqueo económico impuesto por Estados Unidos y dijo que su terminación resultaría vital para impulsar los cambios sociales, políticos y económicos que la nación caribeña tanto necesita. Esto es una afirmación clave. El apoyo más grande a la dictadura es el bloqueo y finalizarlo forzaría a una apertura al diálogo o cuando menos generaría condiciones más propicias. Saúl Escobar, secretario de Relaciones Internacionales del CEN del PRD, desvinculó a la disidencia interna de la intervención extranjera (una de las armas discursivas del régimen de los Castro) y planteó la necesidad de “que el gobierno de Cuba debe responder a algunas de las demandas planteadas por los presos cubanos en el marco de su legalidad, en el marco de su propia soberanía para que se mejoren las relaciones dentro de Cuba entre la sociedad y el gobierno” y remató diciendo que "todo país requiere una evolución democrática y Cuba requiere una evolución democrática". Las declaraciones del líder del Partido de la Revolución Democrática y su secretario de Relaciones Internacionales fueron matizadas argumentando que estos cambios debían hacerse sin intervención extranjera alguna y manifestaron su preocupación por una campaña de la derecha cubana y la norteamericana contra Cuba. Esto resultaría el único punto desafortunado y criticable de lo externado por la dirigencia perredista. La derecha gringa no tiene porque involucrarse en la transición de la isla, sin embargo la situación de la diáspora cubana es otra. De darse una “evolución democrática” es necesario que todos los actores sean considerados a pesar de la pluralidad ideológica, incluyendo a la derecha exiliada principalmente en Miami. Lo que la derecha debe comprender por su parte es que de darse un proceso de transición, aún distante, deberán negociar con los cuadros comunistas de Cuba que aún mantienen el poder. Pero volviendo al PRD, estas declaraciones resultan de enorme importancia ya que distancian a su cúpula dirigente del modelo cubano y del proyecto venezolano vagamente anticapitalista, medianamente xenófobo y a favor de un control estatal fuerte (y por ende a favor del nefasto control monopólico). También marca una brecha, aún no total, de las inclinaciones que presenta la izquierda en nuestro país hacia el autoritarismo. Pero estas implicaciones intangibles también se entrelazan con medidas legislativas. En este momento el PRD está proponiendo legislar para que las recomendaciones pronunciadas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) tengan carácter obligatorio y no sean solo de carácter enunciativas. Las declaraciones hacia Cuba fortalecen esta postura y dotan a la izquierda de una congruencia que le hacía mucha falta.
miércoles, 7 de abril de 2010
La sinuosa [e incierta] crisis ambiental II
Watch the sun, as it crawls across a final time
And it feels like, like it was a friend.
It is watching us, and the world we set on fire
Do you wonder, if it feels the same? - Nine Inch Nails
La intervención humana en el ciclo del nitrógeno es otra faceta de la crisis ambiental. Y su origen, al igual que con muchos otros efectos negativos ambientales, es el sector agrícola. Actualmente la humanidad utiliza 35% de la superficie del planeta para cultivos y como pastizales para ganado. La utilización masiva de fertilizantes ha excedido el doble de la concentración de fósforo y nitrógeno liberado al medio ambiente (10 millones de toneladas y 133 respectivamente cada año). Este exceso está contaminando a gran escala grandes cuerpos acuíferos como ríos y lagos, trayendo consigo el fenómeno de “zonas muertas” en las costas de los océanos; grandes áreas no habitables para la vida compleja, lo que resulta preocupante dado que el 90% de la vida marina se concentra en las zonas costeras. De acuerdo al estudio A safe operating space for humanity el límite de fósforo que aguantarán los océanos es de 12 millones de toneladas, ya expulsamos 10 millones. Otra fuente de nitrógeno son las emisiones contaminantes de plantas, automóviles y las provenientes de la quema de zonas boscosas (práctica correlacionada con los cultivos y la engorda de ganado). Robert Howarth, profesor de biología ambiental de la Universidad de Cornell, ha demostrado que es posible recortar el uso de fertilizantes sin afectar significativamente la producción alimentaria. En este aspecto resulta necesario aumentar eficazmente la productividad por hectárea para limitar la tala de bosques, a la vez que compensa económicamente por los servicios ambientales que éstos proveen (ver artículos:1, 2 y 3). Pero las compensaciones por servicios ambientales no deberían limitarse a las zonas boscosas. El sector agrícola podría aplicar la rotación de cultivos para aumentar la capacidad de la tierra, como la siembra de trigo durante el invierno. Esto posibilitaría a los suelos a captar el 30% del nitrógeno que se libera año con año y absorbería mayor cantidad de carbono. Todas estas medidas podrían compensarse por medio del mecanismo Reduced Emissions from Deforestation and Degradation (REDD). Los biocombustibles a base de maíz son otro tema grave, de acuerdo a diferentes estudios científicos, de alcanzarse las metas de producción planteadas por el gobierno norteamericano, la contaminación por nitrógeno del Mississippi y del Golfo de México aumentaría entre 30 y 40%. Los biocombustibles a base de maíz podrían remplazarse por pastos y árboles que reducirían la contaminación de nitrógeno y que podrían utilizarse para la generación de energía eléctrica vía su combustión. Estas medidas revitalizarían la vialidad y sustentabilidad de los biocombustibles.
Para aunar más:
Hacia mediados de siglo