miércoles, 7 de abril de 2010

La sinuosa [e incierta] crisis ambiental II


Watch the sun, as it crawls across a final time
And it feels like, like it was a friend.
It is watching us, and the world we set on fire
Do you wonder, if it feels the same? - Nine Inch Nails


La intervención humana en el ciclo del nitrógeno es otra faceta de la crisis ambiental. Y su origen, al igual que con muchos otros efectos negativos ambientales, es el sector agrícola. Actualmente la humanidad utiliza 35% de la superficie del planeta para cultivos y como pastizales para ganado. La utilización masiva de fertilizantes ha excedido el doble de la concentración de fósforo y nitrógeno liberado al medio ambiente (10 millones de toneladas y 133 respectivamente cada año). Este exceso está contaminando a gran escala grandes cuerpos acuíferos como ríos y lagos, trayendo consigo el fenómeno de “zonas muertas” en las costas de los océanos; grandes áreas no habitables para la vida compleja, lo que resulta preocupante dado que el 90% de la vida marina se concentra en las zonas costeras. De acuerdo al estudio A safe operating space for humanity el límite de fósforo que aguantarán los océanos es de 12 millones de toneladas, ya expulsamos 10 millones. Otra fuente de nitrógeno son las emisiones contaminantes de plantas, automóviles y las provenientes de la quema de zonas boscosas (práctica correlacionada con los cultivos y la engorda de ganado). Robert Howarth, profesor de biología ambiental de la Universidad de Cornell, ha demostrado que es posible recortar el uso de fertilizantes sin afectar significativamente la producción alimentaria. En este aspecto resulta necesario aumentar eficazmente la productividad por hectárea para limitar la tala de bosques, a la vez que compensa económicamente por los servicios ambientales que éstos proveen (ver artículos:1, 2 y 3). Pero las compensaciones por servicios ambientales no deberían limitarse a las zonas boscosas. El sector agrícola podría aplicar la rotación de cultivos para aumentar la capacidad de la tierra, como la siembra de trigo durante el invierno. Esto posibilitaría a los suelos a captar el 30% del nitrógeno que se libera año con año y absorbería mayor cantidad de carbono. Todas estas medidas podrían compensarse por medio del mecanismo Reduced Emissions from Deforestation and Degradation (REDD). Los biocombustibles a base de maíz son otro tema grave, de acuerdo a diferentes estudios científicos, de alcanzarse las metas de producción planteadas por el gobierno norteamericano, la contaminación por nitrógeno del Mississippi y del Golfo de México aumentaría entre 30 y 40%. Los biocombustibles a base de maíz podrían remplazarse por pastos y árboles que reducirían la contaminación de nitrógeno y que podrían utilizarse para la generación de energía eléctrica vía su combustión. Estas medidas revitalizarían la vialidad y sustentabilidad de los biocombustibles.

Para aunar más:

Hacia mediados de siglo

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