lunes, 12 de abril de 2010

California por la legalización

La guerra contra el narcotráfico ha continuado y la situación no parece mejorar. En los primeros 34 días del 2010 se alcanzaron las primeras mil muertes relacionadas a esta industria, en 2009 tomó 51 días alcanzar esta cifra. El gobierno se ha escudado en la inmediatez, argumentando que esta escalada de la violencia ha alcanzado un pico y que sus detonantes se deben a los logros de la guerra contra el crimen organizado, como la muerte de Arturo Beltrán Leyva a manos de efectivos de la Marina en diciembre del año pasado. El segundo argumento parece lúcido, la reconfiguración de las líneas de mando tras la muerte de un capo ha sido un escenario probado por la historia del narcotráfico en México. El primero puede responderse con una réplica que Jorge Luis Borges hizo sobre su país natal Argentina: ¿el fondo tiene fin? O para este caso, y parafraseando al maestro de la metafísica literaria, ¿el pico de muertes en verdad representa un límite? En este sentido lo declarado por “El Mayo” Zambada, uno de los capos del Cártel de Sinaloa, a Julio Scherer resulta preocupante: “El problema del narco envuelve a millones. ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí” (Proceso, 3 de abril de 2010). Todo apunta a que estamos encausados en una guerra sin victoria posible, un ciclo infinito de renovación de cuadros de las mafias fundamentado en la exclusión y el desgastado y fracasado modelo de la prohibición. Estados Unidos ha invertido más de $25 mil millones de dólares en nuestra región en los últimos 15 años a esfuerzos de erradicación, sin embargo el precio neto de la cocaína y la heroína ha bajado mientras ha aumentado su pureza, prueba irrefutable del aumento en la producción y trasiego del narcotráfico. A esto se suman problemas que no se debaten en los medios masivos de comunicación, como la degradación del medio ambiente ligada al narcotráfico y los esfuerzos de erradicación. Por ejemplo los programas de erradicación en Colombia esponsoreados por EEUU han contribuido a la pérdida de 1.75 millones de hectáreas de bosque tropical en la nación cafetalera. Las drogas deben legalizarse bajo esquemas regulatorios, no existe otra alternativa. Y aunque las medidas para la legalización se sientan distantes el estado de California nos está mandando buenas noticias. Activistas lograron recabar 694,248 firmas (de 433,971 requeridas) para votar la legalización de la mariguana en ese estado para noviembre. Bajo la propuesta los ciudadanos mayores de 21 años podrían portar 28.5 gramos de mariguana para consumo personal, llevando a otro nivel la medida que permitió el uso medicinal del enervante en 1996. Tras la reforma californiana 13 estados y el distrito de Columbia ajustaron sus marcos regulatorios en este sentido, convirtiendo a EEUU en el primer productor de mariguana mundial (con California encabezando la producción doméstica). Una encuesta realizada en el estado en abril del 2009 mostró que 56% de los encuestados estaban a favor de la legalización. Además la medida se da en un momento de profunda dificultad para el fisco californiano que enfrenta un déficit de $20mil millones de dólares. La legalización traería consigo mil millones de dólares en entradas por impuestos, mientras que reduciría el costo de procesar y encarcelar a consumidores que no son delincuentes. Lo que resulta aún más importante es que este escenario se asemeja mucho a la finalización de la prohibición del alcohol en la década de los 30, cuando en un entorno de crisis económica los estados comenzaron a tomar el camino de la regularización. La mariguana podría seguir el mismo sendero. Y al tomar en cuenta que más de la mitad de los ingresos de los capos mexicanos vienen exclusivamente de la mariguana las noticias provenientes de california no podrían ser mejores. Le podrían cambiar el rostro a una guerra que, por ahora, no parece tener fondo ni parece tener fin.

Para ampliar el necesitado debate:

La guerra contra el narcotráfico: una reflexión

No hay comentarios:

Publicar un comentario