miércoles, 28 de octubre de 2009

Una cuestión de población


El debate en torno a la crisis climática y ambiental se ha volcado por dos soluciones fáciles de decir pero muy difíciles de implementar: llevar a cabo una transición energética y una reindustrialización. Esto supone un reto enorme para la comunidad global, es necesario que los gobiernos del planeta impulsen el desarrollo de las energías limpias y ahí entran las naciones ricas las pobres y las potencias emergentes. Las primeras son las emisoras de contaminantes más importantes, las segundas serán las víctimas más afectadas por el cambio climático y las últimas tienen una prioridad clara de disminuir su cantidad de pobres e impulsar su desarrollo –aunque tenga que hacerse con fuentes de energías tradicionales y por ende contaminantes-. De implementarse la anhelada reindustrialización deberá existir un consenso entre las diferentes naciones del planeta, donde los países ricos e industrializados deberán apoyar a los más pobres y a las potencias emergentes en la asimilación de nuevas tecnologías. Pero la transición energética y la reindustrialización no son la única solución a estas contingencias. De acuerdo a un estudio publicado por Thomas Wire del London School of Economics el control poblacional es cinco veces más barato que cualquier tecnología limpia para abatir el cambio climático. Pero por ahora el control poblacional no se ha debatido a fondo y las proyecciones no son nada alentadoras. De mantenerse las tasas de reproducción actuales alcanzaremos los 9 mil millones para 2050. Cada humano nuevo representa una carga mayor sobre los ecosistemas. Pero de acuerdo a Michael Potts de la Universidad de California cada año se dan 80 millones de embarazos no deseados. Un estudio publicado por la ONU titulado Adding it Up: the Benefits of Investing in Sexual and Reproductive Healthcare afirma que 72% de estos embarazos podrían prevenirse si se le facilitasen el acceso a anticonceptivos a las mujeres. El Optimum Population Trust una organización ambientalista de Inglaterra calculó los costos del control de emisiones de bióxido de carbono en relación con la accesibilidad de anticonceptivos entre 2010 y 2050. Los resultados son muy alentadores: una tonelada de CO2 puede ahorrarse por $7 dólares con métodos de planificación familiar, ahorrar una tonelada de bióxido de carbono con tecnologías verdes costaría $32 dólares. Si logramos facilitar anticonceptivos a esas 80 millones de madres podríamos ahorrar 34 mil millones de toneladas de CO2. Por ello debemos estar al pendiente que el control poblacional –como un compromiso de cooperación global- se discuta e implemente en la Cumbre sobre el cambio climático a celebrarse en Copenhague en diciembre.

1 comentario:

  1. Interesante ese 7 a 35$...
    http://www.dw-world.de/dw/article/0,,4875147,00.html

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