La ley antiinmigrante de Arizona (la demasiado renombrada 1070) ha desatado un encarnado enfrentamiento político. Como argumentaré en el siguiente artículo una legislación como ésta atenta contra la realidad demográfica, migratoria, económica y social de los Estados Unidos; pero esto puede también ser una importante oportunidad para llevar a cabo un muy necesitado ejercicio de autocrítica en México.
En nuestro mundo nómada Estados Unidos es uno de los principales protagonistas. Se estima que entre 2000 y 2006 la primera potencia global recibió 500,000 inmigrantes ilegales al año, principalmente provenientes de México y Centroamérica. Estos migrantes poco calificados toman empleos en los que la población nativa no está dispuesta a trabajar. Y EEUU es sólo un reflejo exacerbado de un fenómeno global. En 2008 un total de 200 millones de seres humanos, el 3% de la población global eran inmigrantes. La ONU estima que sus números se duplicaron con creces en los últimos 40 años. Y esto ha beneficiado a todas las partes involucradas, incluido Estados Unidos. En los últimos 20 años el crecimiento de las naciones miembros de la OCDE se dio a la par de un crecimiento de la cantidad de migrantes ilegales ingresando a estos países. La Ley 1070 ignora todos estos hechos. La gobernadora de Arizona Jan Brewer publicó una carta justificando la ley bajo el argumento de la escalada de la violencia en su estado, relacionando a la migración con dos actividades ilícitas (muchas veces afines): el narcotráfico y la trata de personas. En la carta la gobernadora condena el boicot y argumenta que: “En el 2009, Phoenix tuvo 316 casos de secuestros, convirtiendo la ciudad en la capital de secuestro de nuestra nación. Casi todas las personas secuestradas eran inmigrantes ilegales o estaban vinculadas con el narcotráfico”. Este argumento, como demuestran las cifras anteriormente citadas, es reduccionista e innegablemente defiende una agenda meramente política. Entre el 10 y el 15% de la población empleada gringa nació afuera del país. The Pew Hispanic Center declaró que en EEUU hay más de 45 millones de latinos, representando el 15% del total nacional y de acuerdo al Hispanic Association on Corporate Responsibility cuenta con un poder adquisitivo de $850 mil millones dólares. Y este peso demográfico / laboral no es proveniente de actividades ilícitas como quiere argumentar la gobernadora Brewer. Para 2008 había 32 millones de hispanos mayores de 16 años de los cuales el 69% eran parte de la economía formal. La inmensa mayoría de los latinos en EEUU son personas trabajadoras y decentes que están enriqueciendo cultural y económicamente a la primera potencia mundial. La inseguridad no es un problema grave en Arizona y no está creciendo, está disminuyendo. El 2006, 2007 y 2008 fueron los años con menor tasa de crímenes violentos desde 1983. La tasa de este tipo de criminalidad cayó de 577.9 por cada 100 mil habitantes en 1998 a 447 por cada 100 mil en 2008. Los argumentos de Brewer son infundamentados. Además están agregando un bono demográfico que ha ayudado a Estados Unidos a evadir el problema de envejecimiento colectivo al que se enfrenta la Unión Europea. Casi una tercera parte del crecimiento poblacional de Estados Unidos (de 2.1 hijos por mujer, el tan ambicionado reemplazo generacional) se debe a la migración. Para mediados de siglo 86% del crecimiento poblacional gringo estará directamente vinculado con la migración. Sin importar la etnia, los inmigrantes ilegales que han entrado y entrarán han puesto las bases para tener una población joven y trabajadora, que ayudará a que los actuales defensores de la Ley 1070 gocen de pensiones y prestaciones sustentables una vez que se retiren. Para el periodo entre 2030 y 2050 los hispanos representarán el 60% del crecimiento poblacional y para la quinta década del siglo XXI serán la primera minoría en EEUU. Para citar al comediante liberal Bill Maher los defensores de esta medida son “abusadores” que no realizan que “la gente café se reproducirá hasta llegar al poder”. Una ley como la 1070 es anacrónica y delirante. Irónicamente los estados con mayor población hispana son Arizona (44%), Texas y California (ambas con 36%). Una encuesta realizada en Mayo por el Pew Research Center demostró una tasa de aprobación del 73% (con un 62% de aprobación a las detenciones arbitrarias, tendencia muy autoritaria que les ha encantado a los gringos desde el 11 de septiembre) lo que demuestra un apoyo de la comunidad latina. Pero eso no dota a la 1070 de sensatez o coherencia.
…Y la autocrítica
En México ingresan aproximadamente para llegar a EEUU 200 mil migrantes ilegales al año, la mayoría de Centroamérica. Los abusos de nuestras autoridades son comunes, como las violaciones a mujeres y el robo de sus pertenencias. En este sentido las palabras del director del gran documental De Nadie resultan preocupantemente ciertas: “Sólo para entrar a México, muchos de los migrantes sufren robos y abuso sexual. Ellos ya saben que se arriesgan a eso, pero lo hacen por la pobreza en la que se encuentran. Lo que no imaginan es todo lo que falta después de entrar a México". De acuerdo a Amnistía Internacional 6 de cada 10 mujeres y niñas migrantes sufren violencia sexual por parte de delincuentes (en especial las maras) autoridades y traficantes de personas. Urge instaurar sistemas para que los migrantes puedan canalizar las violaciones a sus derechos fundamentales, recuperar el espacio público de las garras de la delincuencia organizada y reformar para tener un sistema policiaco operante y digno. La Ley 1070 atenta contra la ética. Pero la situación en nuestro país nos resta credibilidad para abogar por nuestros migrantes.
La migración como fenómeno global:
La negación de nuestro mundo nómada: la migración
jueves, 27 de mayo de 2010
Contra la 1070 ...y contra México
Etiquetas:
derechos humanos,
Estados Unidos,
globalización,
hispanos,
ilegales,
latinos,
ley 1070,
mano de obra,
México,
migración,
política,
xenofobia
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario